13 jun 2011
El Dios de la Lluvia.
La semana antes del rodaje llovió y de qué manera. Litros y litros de agua cayeron por toda la provincia y en especial donde íbamos a grabar. El terror se adueñó de nuestros corazones y nuestras carteras, temíamos lo peor: un rodaje lluvioso.
¿Qué implica la lluvia en un rodaje exterior en pleno monte? El caos. En un par de ocasiones he tenido la mala suerte de rodar bajo agua. Nada sale como quieres, vas eliminando planos por doquier, tienes que adaptarte a lo cercano y olvidarte de aquellas localizaciones geniales que habías visto días antes, tienes que ir con un sobre de Couldina debajo del sobaco para no constiparte y lo que es peor, sufres por cada uno de los que están currando contigo.
Entonces, viendo el panorama que se avecina, echas mano de tu poca cultura ancestral y recuerdas que en aquellas pelis de indios y vaqueros siempre había un gran jefe que movía las nubes a su antojo para hacer o no hacer llover. Te armas de valor, vas al Decathlon de turno a comprarte tu kit Quechua "Dios de la Lluvia" y te plantas con dos narices en la localización del rodaje, a poder ser con tu ayudante de dirección, algún que otro script y mucho amor.
A nosotros nos funcionó, no cayó ni una sola gota en los dos días que duró la grabación. Respiré aliviado. La gente jamás sabrá que nuestro ridículo y nuestra gesta les salvaron de caer enfermos...
El próximo rodaje en el desierto del Gobi.
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Desde luego, Paco, te quejas de todo. Si caen santos del cielo, te quejas; si la mierda se desborda de las alcantarillas e inunda el plató donde vas a rodar, te quejas también. No estás contento con nada.
ResponderEliminarAsí soy yo, no tengo remedio.
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