¡Nuevas selecciones!

¡Estamos de enhorabuena! Acabamos de empezar, hace dos semanas, con la distribución de "Le llamaremos Bobby" y ya contamos con un premio, al mejor guión, y tres selecciones.

Ahora, tras el Festival de Cine de Girona, llega el turno al Festival de Cine "La Solana" en Ciudad Real y al Festival de Cine Zinexín de La Roda, en Albacete.

Hala, ¡Champán para todas!

Y ayer llegó el primer premio...

... y esperemos que no acabe aquí... ¡Rezad malditos!

Así es, ayer, casi por sorpresa, "Le llamaremos Bobby" se llevó el premio al mejor guión en el "23 Festival Internacional de Cinema de Girona".

Eran las 18h, un servidor quedó con David Ruíz para hacer un café y disponernos a ir a la entrega de premios del Festival. No me habían avisado, así que iba con la seguridad que no iba a rascar bola, pero nada más lejos de la realidad cuando la representante del jurado leyó que Bobby se llevaba el premio al mejor guión.

Evidentemente tuve que salir a hablar y decir cuatro cosas, últimamente hablo demasiado en público y ya me estoy convirtiendo en un ser extraño y sin vergüenza de hablar a la gente, tanto, que me estoy planteando hacerme cura protestante.

Desde aquí agradecer el premio a la productora "Bamf Producciones", y a toda la gente que ha hecho posible que un servidor pudiera hacer su cortometraje de amarras.

Lo que se tiene que hacer...

Y aquí está la animación que presentó el cortometraje en el cine Capitol.

A cada uno de los realizadores nos pidieron que nos grabásemos diciendo unas palabras sobre el cortometraje y demás. Y a mi no se me ocurrió otra cosa que no decir ningunas palabras. De hecho, las dice Edu Quindós de Bamf Producciones... Ya lo veréis...

Ver vídeo.

Bobby en ¡Córtate!, Madrid.

Lunes pasado por agua y yo con un gripazo del copón, no creo que ambos duren muchos días, y si lo hacen, que me conquisten con flores o con alcohol.

El pasado jueves tuve el enorme placer de presentar "Le llamaremos Bobby" en el cine más mítico que quizás quede en todo el estado, el cine Capitol de Madrid, en plena Gran Vía, bajo el rótulo luminoso de Schweppes...

Raúl Cerezo y la gente de The House of films organizan un pase de cortos al mes en tal emblemática sala y el pasado 17 de noviembre me dieron la alegría de programar el corto junto al de otros realizadores.

Llegó el día y amanecí con el nerviosismo que me caracteriza y que me obliga a mover la pierna derecha, a modo de trastorno obsesivo compulsivo, como si de Tambor se tratase. Conforme fueron pasando las horas, todo fue a peor, y sólo me relajé cuando pude esconder mi cabeza entre las butacas de la sala una vez se apagaron las luces... A medio pase, en uno de los otros cortos, a dos butacas a mi derecha un tío sacó un papel o comía algo que me volvió a poner nervioso. Ese tipo firmó su sentencia de muerte, lo que pasa es que no lo sabe y yo no tengo ganas de mancharme las manos... Aún...

El pase fue un éxito, a la gente le encantó el corto. Es una gozada ver como la gente ríe con algo que has escrito hace casi tres años y que les hace pasar un buen rato.

Eso sí, en todo momento fui apoyado in situ por amigos: Alicia, mi ayudante de dirección Sergy, Tere, Andrea, mis bestias favoritos y demás. Y apoyado en la distancia por la gente de Bamf Producciones y mis Callahanes, Michis y demás.

Muchas gracias a todos y a la gente nueva que he ido conociendo estos días, como Helio Mira, Gorka León, Cristina Segarra, Coti, y demás gente maja del mundo del cine.

Próximo pase en Banyoles, el 30 de noviembre.

Antes de ayer estrenamos en Sitges...

Vale, sí, no tengo perdón de Dios. Hacía cuatro meses que no me dignaba en entrar en el blog para poneros al día a todos.
Han sido unos cuatro meses bastante duros de trabajo en el corto, sobretodo por la gente de Bamf Producciones e Ismael Ferrer, motor en muchos momentos del proyecto (Script, montador, animador, hombre con barba...).

Antes de ayer, cosas de la vida, se pasó "Le llamaremos Bobby" en Sitges, por sorpresa, como telonera del estreno de "The Thing" en la gala de clausura. La bomba.

Todo empezó con una llamada de Edu Quindós, de Bamf Producciones, hace tres días: "Oye, que pasarán Bobby en Sitges, vas a salir y vas a hablar". Nunca antes tan pocas palabras habían traumatizado tanto y generado tanto terror a un pobre ser indefenso como yo. El qué decir y no meter la pata me ha sobrevolado por mi cabeza durante horas como si de un buitre, de esos chungos que se comen a los ñus, se tratase.

Llega la gala de Clausura del Festival de Sitges. Dan los premios, desde aquí felicitar a Raul Cerezo por su premiaco a "8", y anuncian que esa noche hay dos estrenos: "Lo llamaremos Bobby" (Lo, lo...) y "The Thing".
Nos anuncia Gemma Ruíz, presentadora de la gala, dice nuestros nombres y toda mi vida pasa por delante en cuestión de segundos. Para disimular me pongo bien la capucha de la elegante sudadera con la que acudí a la gala.
Álex Samaranch, el productor del corto y cabeza visible de Bamf Producciones, se presenta primero ante las 1400 personas que abarrotaban el Auditori de Sitges. Luego hablé yo, con un par o tres de malsonantes tacos que salieron de mi boca sin querer. Y luego aplausos.

El cortometraje fue bien recibido, a la gente le gustó, vamos. Rió cuando tenía que hacerlo y aplaudieron. Estoy más contento que unas castañuelas.

Así que desde aquí agradecer el trabajo realizado por Bamf Producciones, a la gente que estuvo directa o indirectamente relacionada con el corto y al Festival de Sitges.

Qué gozada.

Monteys: Oscar a la vista, como mínimo.

Se me metió en la cabeza: ha de salir Monteys en el corto.

Junio del 2010. Calor asfixiante en Barcelona y en mis axilas. Enfundado en unos elegantes tejanos negros y una camiseta del mismo color, para ocultar posibles camacheras, entro en la redacción de "El Jueves" en busca de Albert Monteys. Mi meta: ir a comer y venderle la moto.
Me recibe Jordi Coll, editor de Amaníaco y mejor persona, me hace un pequeño tour por la redacción y deja en mis manos al bueno de Albert, que ni de coña sabe lo que se le avecina. Miento, sí lo sabía, pero quería darle más emoción.
Recoge sus cosas. Esa semana empiezan la jornada intensiva en la revista, así que cree que después de comer se largará feliz y contento a su casa. Me hace una inocente pregunta: "¿Vamos a comer a un japo?" y mi silencio le genera una mueca de desesperación y asco, su cabeza piensa en esos momentos algo así como: "Dios, el típico hijo único que sólo come pizza y macarrones". Le di la razón con mi respuesta: "Lo siento Albert, soy el típico hijo único que sólo come pizza y macarrones".
Diez minutos más tarde, en una pizzería cercana en Gran Vía de Corts Catalanes, le explico mi parecer y el porqué ha de salir en mi cortometraje. Mientras acababa su Coca-Cola de 350ml casi de un tirón, un hilito sonoro sale de su boca: "Venga, lo haré". Acababa de cometer un error que lo lanzaría al estrellato del universo cinematográfico. O eso le dije para animarlo.

30 de Abril del 2011, cerca de las 9 de la noche, en Amer. Albert aparece. Respiro tranquilo, por un momento llegué a pensar que un ataque de cordura le había invadido y obligado a retroceder justo a tiempo. Pero no, ahí estaba, acompañado por sus hijos, su mujer y algún que otro familiar. Se enfunda en su traje, se mete en el papel. El guarda forestal Ramos ha llegado, ha nacido una estrella.
Pocos minutos después esa estrella casi muere atropellada por el coche de nuestros protagonistas, pero esa es otra historia...

Lo conseguí, Monteys sale en mi corto.

Desde aquí quiero agradecer enormemente la dedicación y paciencia de Albert, y su colaboración en el corto del "típico hijo único que sólo come pizza y macarrones".

También agradecer la labor de Ismael Ferrer y Noemí Elias, a quien robo sus geniales fotos para subirlas a este blog.

El Dios de la Lluvia.

La semana antes del rodaje llovió y de qué manera. Litros y litros de agua cayeron por toda la provincia y en especial donde íbamos a grabar. El terror se adueñó de nuestros corazones y nuestras carteras, temíamos lo peor: un rodaje lluvioso.
¿Qué implica la lluvia en un rodaje exterior en pleno monte? El caos. En un par de ocasiones he tenido la mala suerte de rodar bajo agua. Nada sale como quieres, vas eliminando planos por doquier, tienes que adaptarte a lo cercano y olvidarte de aquellas localizaciones geniales que habías visto días antes, tienes que ir con un sobre de Couldina debajo del sobaco para no constiparte y lo que es peor, sufres por cada uno de los que están currando contigo.

Entonces, viendo el panorama que se avecina, echas mano de tu poca cultura ancestral y recuerdas que en aquellas pelis de indios y vaqueros siempre había un gran jefe que movía las nubes a su antojo para hacer o no hacer llover. Te armas de valor, vas al Decathlon de turno a comprarte tu kit Quechua "Dios de la Lluvia" y te plantas con dos narices en la localización del rodaje, a poder ser con tu ayudante de dirección, algún que otro script y mucho amor.
A nosotros nos funcionó, no cayó ni una sola gota en los dos días que duró la grabación. Respiré aliviado. La gente jamás sabrá que nuestro ridículo y nuestra gesta les salvaron de caer enfermos...

El próximo rodaje en el desierto del Gobi.

Ya queda menos para el estreno y yo cada vez estoy más calvo.

Hace un mes, más o menos, un numerosos grupo de intrépidos y atractivos seres humanos de sexo masculino, acompañados por un par o tres de chicas, nos adentramos en lo más profundo de la inmensa oscuridad de la comarca de La Selva, en Girona, para grabar el corto "Le Llamaremos Bobby".

Es curioso como empezó todo. En noviembre del 2008 yo, Paco Cavero, me disponía a ver al bueno de Josep Busquet en Barcelona. Llevaba tiempo intentando engatusarlo para escribir a medias el guión de un largometraje.
Durante el trayecto que separa Girona de Barcelona, poco más de una hora y cuarto, me acordé de algo que días atrás me había explicado el gran Albert Blanch, de Amer (Girona), la historia de un supuesto oso o perro de gran tamaño que algunos lugareños habían visto devorar a un caballo o vete a saber qué.

Como buen fan y lector empedernido de revistas tan míticas y tan poco fiables como "Año Cero" o "Enigmas", me disponía a tejer una historia terrorífica sobre el asunto. Nada más lejos de la realidad, cuando vi el producto terminado me eché las manos a la cabeza, había convertido lo que debía ser un relato de terror en un guión para cortometraje de humor... Los hay que no escarmentamos.

El tema es que, tres años después, se ha grabado aquella locura fruto del amor de un servidor con la señora Renfe y aquí, vuestro blog, será testigo de los primeros pasitos que dé la criatura...

Pronto más y mejor.

Paco Cavero.